No han transcurrido ni cinco minutos de sesión cuando Ana -así se hace llamar la masajista china del local- lanza la pregunta que repetirá hasta la saciedad: "¿Masaje ahí?". Lo que Ana pregunta al cliente es si desea que sus manos se deslicen un poco más abajo de su espalda, hasta la zona de los genitales, para masturbarle. "Veinte euros, yo masaje ahí. Tú muy cansado de trabajar", insiste Ana, que anda descalza por el diminuto habitáculo de paredes color salmón mientras practica un masaje deficiente y doloroso.Molt bon reportatge publicat avui a El País.
El llamado masaje con final feliz no es una leyenda urbana: se practica en peluquerías, centros de estética y locales de masaje y sauna de Barcelona. Hace años, los clientes eran, igual que los dueños, chinos. Pero con el tiempo, se han abierto a las necesidades locales: varones de edad avanzada que buscan a su chica de confianza a última hora de la tarde. La mayoría de los prostíbulos encubiertos están en el distrito del Eixample, alrededor del área conocida como Chinatown.
Massatges amb final feliç
Publicat per
Pescador de Perles
on 16 d’octubre 2009
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Es veu que a Barcelona proliferen els locals de massatges i perruqueries regentats per xinesos on, a mitja sessió, t’ofereixen la possibilitat d’adquirir un servei extra:
1 comentaris:
I get one, and it's really good!!!
j.
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