Decadència? Not at all

Molt bon article del professor Modest Guinjoan avui a La Vanguardia. Conté alguna perla, però val la pena llegir-lo sencer:
Decadencia

Las elecciones catalanas nos brindan posicionamientos inequívocos sobre el encaje Catalunya-España. Algunos partidos alertan de derivas soberanistas, destacando en ello nuestro president, quien afirma que la independencia supondría la decadencia de Catalunya. Opino que hace ya algunos años que estamos instalados en la misma en tres ámbitos de gran relieve económico futuro: el tejido productivo, el sector público y la renta per cápita. Sobre el primero, a pesar de que la burbuja inmobiliaria lo ocultó algo, la estructura productiva catalana se halla desde hace años en profunda transformación. Más en fase destructiva (desindustrialización, sector agrario en caída libre, apuesta por la cantidad en vez de la calidad en muchos servicios) que en fase constructiva. Un reflejo es haber triplicado el nivel de paro en tres años hasta el 17,7%. La destrucción creativa de Schumpeter actúa en nuestro caso de manera muy lenta y, con toda probabilidad, un sector público catalán con competencias y dinero, presionado por el empresariado, la favorecería mucho más que Madrid, que está más para gastar que para generar riqueza.

El sector público sigue siendo el más pequeño del Estado (9,8% del empleo en Catalunya, frente al 26,4% de Extremadura, 17-18% de Andalucía o el 15,1% de Madrid) y pasa crónicamente por el apuro de falta de recursos. Ni personal, ni dinero, ni competencias para hacer frente a la voluntad de prestar más y mejores servicios a una población que ha recibido 1.000.000 de inmigrantes en los diez últimos años. Decadencia en forma de asfixia financiera sin visos de mejora. Si después del acuerdo de financiación las mejoras quedaron en casi nada, el Tribunal Constitucional las ha aniquilado. Déficit galopante, deuda de la Generalitat que se ha triplicado en 7 años y calificación a la baja ante la perspectiva de que siga creciendo y baje la calidad.

Tampoco la renta está mejor. La solidaridad catalana lejos de corregirse, aumenta. 12.000 euros anuales de menos en una familia de cuatro miembros es mucho dinero. Hagan números sobre 20 años y no se pongan enfermos. En fin, o me lo miro mal o estos síntomas son de clara y sostenida decadencia. Una realidad. En cambio, la afirmación del president, parece una hipótesis que me arriesgo a aventurar que sería rechazada en la práctica. Desde la racionalidad económica, estar peor es difícil, y debería explicarse qué sentido tiene seguir en las manos de un Estado al que el futuro productivo del país no le importa, y en manos de unos políticos cuyas promesas de corrección suenan a tomadura de pelo.

Modest Guinjoan, Barcelona Economia y UPF.